Archive for septiembre 21st, 2009

septiembre 21, 2009

Gioconda San Blas

[]

JAIME REQUENA
conciencia.talcual@gmail.com

Gioconda Cunto de San Blas es otro de los investigadores del IVIC cuya carrera pareciera estar llegando a un indeseable final.

Tiene ya unos seis meses esperando que la dirección del instituto le dé respuesta a su solicitud de renovación de un permiso para permanecer dentro del programa de Permanencia de Jubilados en Labores de Investigación o PLI, y poder así continuar trabajando en su laboratorio del Centro de Microbiología y Biología Celular. Su nombre figura en la lista de un notable grupo de científicos venezolanos a quienes la actual directiva del IVIC considera que, por haber alcanzado la condición administrativa de jubilado, se les debe suprimir el supuesto «privilegio» de querer continuar produciendo ciencia de la mejor calidad y de indiscutible relevancia para nuestra gente.

Gioconda nació en Caracas y se graduó de químico en la Universidad Central de Venezuela, con estudios de doctorado en Inglaterra. Ingresó al IVIC en 1967 bajo la tutoría de Luis Carbonell y fue jubilada en el año 1997 por la vía forzada administrativa. Su vida entera se la ha dedicado a arrancarle a la naturaleza los secretos de la patogenicidad de algunos hongos y en ello ha tenido muchísimo éxito. Su objeto primario de atención son los del tipo Paracoccicoides, los cuales, en las áreas rurales en Venezuela, son responsables de las micosis sistémicas más frecuentes. Unos diez millones de latinoamericanos están infectados por ese patógeno. Para aquellas personas que desarrollan la enfermedad, la esperanza de vida es bien limitada ya que todavía no existe una droga que se encargue de curar tan terrible enfermedad.

Junto a colegas y estudiantes, Gioconda descubrió el factor de virulencia de la pared celular del Paracoccicoides. La naturaleza de la entidad química, una molécula llamada glucan, al principio causó extrañeza entre los expertos pero no pasó mucho tiempo antes que se comprobase que no sólo existe esa molécula en esos hongos, sino que está presente en muchos otros patógenos. Más recientemente, su grupo de investigación construyó una sonda molecular que permite el diagnóstico temprano de la infección por Paracoccicoides. Esta gran ayuda no fue patentada por el IVIC. Por el contrario, su diseño fue revelado para que fuese adoptado y utilizado por quien lo necesitase.

Tres libros y diez docenas de trabajos publicados en las mejores revistas del mundo durante los 42 años ininterrumpidos de trabajo en el IVIC se ven reflejados en algo más de mil doscientas citas de otros investigadores a los trabajos de Gioconda San Blas. Ella ha formado unos 30 estudiantes, de los cuales media docena alcanzaron el doctorado bajo su tutoría. Sólo uno de ellos forma parte de la llamada generación de relevo del IVIC.

Por esos indiscutibles méritos, Gioconda San Blas fue llamada a ocupar un puesto en la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela. Paso a ocupar el Sillón XX para constituirse así en la primera mujer en ingresar a esa Academia en sus 92 años de vida. También es Miembro Titular de la Academia de Ciencias de América Latina y de otras academias médicas regionales.

Finalmente, aparte de su vocación científica hay que mencionar su devoción por los niños con necesidades especiales. En el año 1986, Monte Ávila Editores le publicó un clásico. Su libro Agus- tín, un niño especial lleva ya 5 ediciones y es un texto de lectura obligatoria para aquellas familias en las que alguno de sus miembros presenta esa condición. Ante una vida como esa cabe la pregunta: ¿por qué ese trato tan injusto con una mujer tan valiosa para cualquier sociedad o país?